lunes, 14 de noviembre de 2011

Y… ¡llegó el momento!

La primera semana ha ido bien. El lunes me enviaron por correo electrónico las claves de acceso y ya pude entrar en la plataforma. De momento hemos ido haciendo actividades para conocer este entorno virtual y familiarizarnos con todas las herramientas.

Como ya he estudiado en una universidad online (la UOC), no me supone un problema ni una dificultad, aunque ya en su tiempo me juré no volver a hacerlo!  ¿Motivo? La parte positiva es que puedes administrarte el tiempo y repartirte el trabajo como mejor te vaya, puedes hacer más o menos asignaturas y puedes trabajar al mismo tiempo, te ahorras desplazamientos y tiempo. Parte negativa, si te coges muchas asignaturas (como yo hice y he hecho esta vez) tienes que convertirte prácticamente en monja de clausura, esto quiere decir que te pasas de lunes a domingo encerrada estudiando, tienes contacto con tus compañeros de carrera pero todo es virtual, sí que puedes quedar para estudiar y conocerte si hay alguno cerca de tu población, pero no es lo mismo. Encontré a faltar mucho el poderme relacionar con mis compañeros de forma presencial, el poder asistir a clases y que el profesor te explique, ya que muchas veces por mucho que estudies y leas libros hay cosas que sólo las puedes aprender en una buena clase presencial.
A partir de entonces estudié en la UB, la Pompeu Fabra y antes de la UOC había estudiado en la UAB… ¿Por qué rompí mi promesa de no volver a estudiar online? Bueno, esto es casi imposible mantener una promesa así, cada vez hay más formación online y la verdad es que alguna es muy buena. Ya os he explicado mi situación, la mejor opción era hacerlo así, para poder administrar mi horario y estar preparada para adaptarlo al trabajo, que de momento es bastante esporádico.
Con mis estudios y el haber trabajado como maestra, he tenido la suerte de que me convalidaran muchas asignaturas, así que tenía dos opciones, cursar lo que me queda en dos años, que es lo que me recomendaban, o tirarme a la piscina, aprovechar el tiempo al máximo y hacerlo en uno. Es un gran reto, pero como soy una cabezota he decidido hacer un sacrificio más con los estudios, volverme otra vez monja de clausura y hacerlo todo en un año. ¿Lo conseguiré? Espero que sí…

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